Agrega el caldo, las papas y los tomates pelados.
Cocina hasta que todo esté blando, luego licúa la mezcla.
Condimenta con sal, pimienta y un toque de picante si lo deseas.
Si prefieres una sopa más espesa, añade harina disuelta en agua y cocina unos minutos más.
Sirve caliente, espolvoreada con perejil fresco.