Corta los arándanos en trozos pequeños, para que se integren mejor en la mezcla.
En un bol, mezcla bien el jamón serrano, los arándanos y el queso blanco hasta que todo quede bien incorporado.
Con una cuchara, toma una porción de la mezcla y forma bolitas, no demasiado grandes, aproximadamente del tamaño de una uva gordita.
Coloca las bolitas en un recipiente y guárdalas en la nevera durante unos minutos para que se enfríen y se compacten bien.
Para servirlas, pasa cada bolita por el maíz pulverizado hasta que estén bien cubiertas.
¡Ya están listas para disfrutar! Sirve las bolitas frías como aperitivo o snack.